Número 3660

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NÚMERO 3660

MONTEVIDEO, MIÉRCOLES 11 DE AGOSTO DE 2010

República Oriental del Uruguay

DIARIO DE SESIONES

CÁMARA DE REPRESENTANTES
32ª SESIÓN (EXTRAORDINARIA)
PRESIDE LA SEÑORA REPRESENTANTE IVONNE PASSADA (Presidenta)

ACTÚAN EN SECRETARÍA EL TITULAR DOCTOR MARTI DALGALARRONDO AÑÓN Y LOS PROSECRETARIOS TABARÉ HACKENBRUCH LEGNANI Y DOCTOR ERNESTO LORENZO
XLVII LEGISLATURA PRIMER PERÍODO ORDINARIO

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Texto de la citación

Montevideo, 10 de agosto de 2010.

LA CÁM AR A DE REPRESENTANTES se reunirá en sesión extraordinaria, mañana miércoles 11, a la hora 15, para informarse de los asuntos entrados y considerar el siguiente – ORDEN DEL DÍA Profesor doctor Orestes Fiandra. (Homenaje por su amplia trayectoria académica, científica, técnica, así como por los aportes innovadores realizados).

MARTI DALGALARRONDO AÑÓN JOSÉ PEDRO MO NTERO S e c r e t a r i o s

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SUMARIO
Pág. 1.- Asistencias y ausencias ………………………………………………………………………………………………………………. 4 2.- Asuntos entrados ………………………………………………………………………………………………………………………… 4 3.- Proyectos presentados………………………………………………………………………………………………………………… 5

ORDEN DEL DÍA 4.- Profesor doctor Orestes Fiandra. (Homenaje por su amplia trayectoria académica, científica, técnica, así como por los aportes innovadores realizados). — Se resuelve enviar la versión taquigráfica de lo expresado en Sala al Ministerio de Salud Pública, al Sindicato Médico del Uruguay, a la Federación Médica del Interior, a la Sociedad Uruguaya de Cardiología, al Instituto Nacional de Cirugía Cardíaca, a la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, a la Academia Nacional de Medicina, al Fondo Nacional de Recursos y a su familia ………………………………………………………………………………………………………………………….. 5

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1.- Asistencias y ausencias.
Asisten los señores Representantes: Andrés Abt, Verónica Alonso, Gerardo Amarilla, José Amy, Andrés Arocena, Alfredo Asti, Julio Battistoni, Daniel Bianchi, Marcelo Bistolfi, Gustavo Borsari Brenna, Graciela Cáceres, Jorge Caffera, Fitzgerald Cantero Piali, Felipe Carballo, Germán Cardoso, José Carlos Cardoso, Alberto Casas, Gustavo Cersósimo, Antonio Chiesa Bruno, Carlos Coitiño, Carlos Corujo, José Corradi, Hugo Dávila, Walter De León, Gonzalo de Toro, Álvaro Delgado, Marcelo Díaz, Dante Dini, Guillermo Facello, Julio Fernández, Roberto Frachia, Jorge Gandini, Javier García, Mario García, Rodrigo Goñi Romero, Óscar Groba, Aldo Guerrini, Pablo Iturralde Viñas, María Elena Laurnaga, Daniel López, Daniel Mañana, Fabricio Marione, Rubén Martínez Huelmo, Jodami Martínez, Graciela Matiauda Espino, Gonzalo Mujica, Julio Musetti, Amin Niffouri, Gonzalo Novales, Raúl Olivera, Miguel Otegui, Yerú Pardiñas, Ivonne Passada, Daniel Peña Fernández, Aníbal Pereyra, Esteban Pérez, Mario Perrachón, Ricardo Planchón Geymonat, Iván Posada, Jorge Pozzi, Daniel Radío, Edgardo Rodríguez, Sebastián Sabini, Alejandro Sánchez, Richard Sander, Berta Sanseverino, Pedro Saravia, Víctor Semproni, Mario Silvera, Juan C. Souza, Martín Tierno, Hermes Toledo Antúnez, Jaime Mario Trobo, Carlos Varela Nestier, Walter Verri, Carmelo Vidalín, Dionisio Vivían y Horacio Yanes. Con licencia: Julio Bango, Rodolfo Caram, Gustavo A. Espinosa, Luis Alberto Lacalle Pou, Óscar Magurno Souto, José Carlos Mahía, Alma Mallo Calviño, Felipe Michelini, Martha Montaner, Alberto Perdomo Gamarra, Darío Pérez Brito, Ana Lía Piñeyrúa, Luis Puig, Nelson Rodríguez Servetto y Álvaro Vega Llanes. Faltan con aviso: Pablo D. Abdala, Fernando Amado, Roque Arregui, Ricardo Berois, Juan Manuel Garino Gruss, Aníbal Gloodtdofsky, Daniela Payssé, Susana Pereyra, Pablo Pérez González y Juan Ángel Vázquez. Sin aviso: Pablo Álvarez, José Bayardi, Gustavo Bernini, Homero Bonilla, Doreen Javier Ibarra, Andrés Lima, Eduardo Márquez, Jorge Orrico, Guzmán Pedreira, Gustavo Rombys y Daisy Tourné. Actúa en el Senado: Carlos Gamou.

2.- Asuntos entrados.
“Pliego N° 31 DE LA CÁMARA DE SENADORES La Cámara de Senadores remite los siguientes proyectos de ley, aprobados por dicho Cuerpo: • • por el que se concede una pensión graciable a la señora Clara Beatriz Massons Pinto. C/278/010 A la Comisión de Seguridad Social por el que se aprueba el Acuerdo Marco entre el MERCOSUR y el Reino Hachemita de Jordania, firmado en la ciudad de San Miguel de Tucumán, República Argentina, el 30 de junio de 2008. C/279/010 A la Comisión de Asuntos Internacionales

La citada Cámara comunica que, en sesión de 10 de agosto de 2010, sancionó el proyecto de ley por el que se designa “MEVIR – Doctor Alberto Gallinal Heber” a la persona pública no estatal Comisión Honoraria pro Erradicación de la Vivienda Rural Insalubre, creada por el artículo 473 de la Ley Nº 13.640, de 26 de diciembre de 1967. C/2542/008 Téngase presente INFORMES DE COMISIONES La Comisión de Constitución, Códigos, Legislación General y Administración se expide sobre el proyecto de ley por el que se designa “Alfredo Zitarrosa” el nuevo puente de la Ruta Nacional N° 1 “Brigadier General Manuel Oribe” sobre el río Santa Lucía. C/1161/006 Se repartió con fecha 10 de agosto PEDIDOS DE INFORMES El señor Representante Ricardo Planchón solicita se curse un pedido de informes al Ministerio de Educación y Cultura, con destino al Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, y por su intermedio a los Consejos de Educación Técnico – Profesional y Educación Secundaria, sobre los índices de deserción estudiantil en los niveles de educación media y educación media superior. C/273/010 Se cursó con fecha 10 de agosto PROYECTOS PRESENTADOS El señor Representante Yerú Pardiñas presenta, con su correspondiente exposición de motivos, un proyecto de ley por el que se designa “Fructuoso

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Mazziotta” la Escuela Nº 4 de Fraile Muerto, departamento de Cerro Largo. C/280/010 – A la Comisión de Educación y Cultura”.

la Rural Nº 45 del departamento de Cerro Largo, que comienza a funcionar el 7 de mayo de 1909. En el año 1927, la Escuela Rural Nº 45 se transforma en urbana, y de allí, su nueva numeración: Escuela Nº 4. Las dificultades que ofrecía el local llevaron a que el 14 de agosto del mismo año la Escuela se traslade a la casa propia de don Fructuoso Mazziotta, conocida como “El Altillo”, por el tipo de construcción. Allí funcionó hasta el año 1933, cuando se inaugura la nueva sede que hasta hoy existe en terreno adquirido a tal fin. También aportó activamente para su construcción. Por lo expuesto, en el sentido que al proceder a designar la Escuela Nº 4 como “Fructuoso Mazziotta”, nombre que eligió mayoritariamente la comunidad, rescatamos la figura pionera en el desarrollo de la educación de esa comunidad, creemos firmemente ayudar a reafirmar la identidad local de una ciudad que hoy es Municipio en el departamento de Cerro Largo. Montevideo, 10 de agosto de 2010. YERÚ PARDIÑAS, Representante por Cerro Largo”.

3.- Proyectos presentados.
“FRUCTUOSO MAZZIOTTA. (Designación a la Escuela Nº 4 de Fraile Muerto, departamento de Cerro Largo). PROYECTO DE LEY Artículo Único.- Desígnase “Fructuoso Mazziotta” la Escuela Nº 4 de la ciudad de Fraile Muerto, departamento de Cerro Largo, dependiente del Consejo de Educación Inicial y Primaria, Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Montevideo, 10 de agosto de 2010. YERÚ PARDIÑAS, Representante por Cerro Largo. EXPOSICIÓN DE MOTIVOS En la pasada Legislatura, el Poder Ejecutivo remitió al Parlamento nacional la iniciativa para denominar la Escuela Nº 4 del Consejo de Educación Inicial y Primaria de la ciudad de Fraile Muerto, en el departamento de Cerro Largo. Esta acción daba cuenta de la solicitud planteada por la comunidad educativa de la referida Escuela, en primer término por su Maestra Directora. Este proceso quedó trunco al finalizar la Legislatura y finalmente la Escuela no fue nominada. Lo significativo de este proceso es que el nombre propuesto no fue por azar o antojo de la Directora o de algún integrante de la comunidad educativa, sino que fue fruto de de la consulta a la población enmarcada en el Proyecto “Escuelas Disfrutables”. Esta participación implicó la propuesta de nombres recogidos en urnas diseminadas en diferentes lugares de la ciudad, la elaboración de una lista con los nombres propuestos y su fundamentación, difusión de los mismos en asambleas de la comunidad y, finalmente, una elección secreta de la cual surge el nombre seleccionado con más del 50 por ciento de adhesión. El nombre elegido fue “Don Fructuoso Mazziotta”. Fructuoso Paulino Mazziotta Burgos nació en la localidad el 27 de octubre de 1872. Fue fundador del pueblo, pues en un área ubicada sobre el arroyo Fraile Muerto, en el Paso de la Arena, realiza el 3 de enero de 1908 el loteo y amanzanamiento. Dona terrenos para levantar edificios para los servicios públicos, entre ellos la Escuela Pública. También contribuyó con materiales para la construcción, erigiéndose la Escue-

4.- Profesor doctor Orestes Fiandra. (Homenaje por su amplia trayectoria académica, científica, técnica, así como por los aportes innovadores realizados).
SEÑORA PRESIDENTA (Passada).- Habiendo número, está abierta la sesión. (Es la hora 15 y 20) ——Se entra al orden del día con la consideración del asunto motivo de la convocatoria: “Profesor doctor Orestes Fiandra. (Homenaje por su amplia trayectoria académica, científica, técnica, así como por los aportes innovadores realizados)”. La Presidencia de la Cámara quiere saludar al doctor Orestes Fiandra, a su esposa Élida De León de Fiandra, a sus hijos, Daniel, Alfredo y señora, a sus nietos, Florencia y Martín, y al doctor Roberto López Soto, quienes se encuentran presentes en el palco de la derecha. También deseamos decir que nos sentimos parte de este homenaje a través de las exposiciones que nuestros colegas van a ir desarrollando.

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Para dar inicio a este homenaje, tiene la palabra el señor Diputado Bianchi. SEÑOR BIANCHI.- Señora Presidenta: es un honor compartir con ustedes esta jornada de homenaje al doctor Orestes Fiandra, un eminente médico reconocido internacionalmente, un destacado luchador y un excelente ser humano. No es fácil la tarea que nos hemos propuesto, de destacar en pocos minutos lo que representa la vida y obra de este gran hombre y admirable profesional. Quiero expresar el honor que significa para mí rendir un merecido reconocimiento a quien fuera y es ejemplo para todos nosotros. No es este un honor habitual, ni para un médico, ni para un político y ni siquiera para un Representante de la República, sino que es un honor único y especial, porque para todos los uruguayos que conocemos su vida y admiramos su obra, tantas horas de desafío y esperanza merecen el reconocimiento de todo un país. Es una hermosa distinción la que me ha sido conferida y la agradezco profundamente mientras intento, mediante estas palabras, contribuir a la trascendencia de su pasión y de su invalorable trabajo a través del tiempo. A comienzos de 1920 el mundo atravesaba una vertiginosa transformación económica y social. Durante la Primera Guerra Mundial, transcurrida desde 1914 hasta 1918, la opinión pública observaba azorada cómo se atenuaba la incidencia de la economía del Imperio Británico en el mundo, al tiempo que surgía una economía, la de los Estados Unidos de América. Nuestro país no era ajeno a esos cambios. Las transformadoras leyes de profundo contenido social, impulsadas durante las dos Presidencias de don José Batlle y Ordóñez, que eran ejemplo en el mundo y colocaban a Uruguay como un país de avanzada desde el punto de vista político y cultural, fueron el marco en el cual se desarrollarían a lo largo de varias décadas profundos avances en las ciencias, las artes, la industria y, en particular, en lo social. En ese contexto, el 4 de agosto de 1921 nació en Montevideo, en la casa materna, sita en la calle Municipio 1331, Orestes Alfredo Fiandra Çuçulic, quien años más tarde ocuparía un lugar de privilegio en el podio de los hombres de ciencia, al convertirse en el

primer médico en todo el mundo en colocar un marcapasos cardíaco. La infancia de Orestes transcurrió entre Montevideo, en la época escolar, y el terruño de su madre, en la localidad de Nueva Palmira, departamento de Colonia, durante las vacaciones. Era un hogar que conformaban su padre Orestes Juan Antonio, un hombre en extremo bondadoso, de carácter conciliador, con un espíritu creativo, que lo llevó a tener una empresa de importación y ventas al por mayor de productos textiles; su madre, Slava Teresa Çuçulic, una extraordinaria y bonita mujer con importantes dotes en las habilidades manuales y culinarias y su hermana Teresa Leticia, nacida cuando Orestes contaba con siete años de edad. En el Diario Médico de julio de 2002, el doctor Orestes Fiandra recuerda viejas anécdotas de su niñez y de su abuelo materno Mateo Çuçulic, un rudo inmigrante croata, aventurero por naturaleza, que había recalado en Nueva Palmira luego de recorrer el mundo desde la edad de doce años. Orestes recuerda que su abuelo “pescaba siempre en el Arroyo Higueritas de Nueva Palmira, donde hoy es el embarcadero de yates”. Con emoción cuenta que frecuentemente al abuelo se le enganchaban los anzuelos en los troncos de los árboles del fondo del arroyo. Y decía: “Mi abuelo había armado un aparejo de barco para que nosotros, muchachitos del barrio, engancháramos los árboles y los sacáramos del arroyo para así dejar el lecho de la corriente libre. No era fácil, y tanto es así que un día se enganchó el anzuelo y mientras intentábamos hacer la operación de costumbre, él se fue a la casa contigua al arroyo, donde vivía. No pudimos levantar aquel tronco que pesaba tremendamente. Llegó el abuelo y se lo dijimos. Nos preguntó: ‘¿Eh, quien fa la force? Chambones: préndanse todos del cabo y tiren cuando yo les diga…’. Se sentó en su silla de pescar y dio la orden haciendo un gruñido como si él mismo estuviera haciendo la fuerza. Levantamos el pesado tronco pero, lo que es más importante, aprendimos lo que es la sincronización del esfuerzo humano”. Las vivencias, los recuerdos y las anécdotas de los años tempranos de su vida se cuentan por doquier y permanecen indelebles en su memoria y en la memoria colectiva. Asistió a la Escuela Pública N° 46 de 2° Grado, en Montevideo, donde volcaba sus esfuerzos a la historia natural y a la física.

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Durante una de sus vacaciones en Nueva Palmira, cuando recién iba a ingresar a Preparatorios, el médico de ese lugar, doctor Medulio Pérez Fontana, Director del Hospital, y además su tío, le comentó: “El Dr. Rodolfo Tálice me propuso hacer una encuesta sobre el Chagas, pero vos ves el trabajo que tengo: estamos en plena epidemia de tifoidea y yo, en realidad, no puedo hacer esta encuesta, salvo que me ayudes”. Orestes recuerda: “No tenía nada que ver con ese tema, por lo que le pedí que me explicara de qué se trataba. Me dijo que había que sacarle sangre al paciente, realizar una breve historia de la familia y hacerle un electrocardiograma que, en aquel entonces, era muy simple y se usaba además un aparato muy sencillo”. Continúa recordando: “Me gustaron todas las otras explicaciones sobre el Chagas y la vinchuca, y me decidí a ayudarlo en la encuesta. Cuando la terminamos me fui a llevarle al Dr. Tálice una caja enorme de materiales, entre ellos, 369 electrocardiogramas que había sacado”. Y prosigue: “Tálice me dijo: ‘Sabés que tenemos un problema; en el Instituto de Higiene no hay quien interprete todos esos electrocardiogramas, y yo creo que tengo resuelto el problema: los podrías interpretar tú, ya que te gusta la electrónica’. Entonces yo le dije: ‘Pero mire, profesor, que yo voy a ser ingeniero'”. La insistencia del doctor Tálice fue determinante para enviar a Orestes al servicio del Hospital Maciel, para que el joven aprendiera cómo se interpretaban los electrocardiogramas. “Y bueno, me resultó interesante. Aprendí a interpretar los electrocardiogramas, después llegaba un enfermo con un infarto y me gustaba ir a verlo. Y me sentí interesado por las autopsias. Como consecuencia, me decidí por la Medicina”, señala. Mientras estudiaba, fue Practicante Externo del Ministerio de Salud Pública por un período de dos años, y concursó para lograr el cargo de Practicante Interno, que obtuvo compartido con el doctor Carlos Gómez Haedo. El resultado del concurso le permitió elegir las clínicas que él consideraba de mayor importancia para su formación, en las que conoció a importantes profesionales de aquellas épocas. Colaboró activamente, a solicitud de su amigo el doctor Jorge Dubra, en la organización del Departamento de Cardiología del Hospital de Clínicas. Transcurría el año 1952, y el Gobierno uruguayo que encabezaba el Presidente Andrés Martínez Trueba invitó a visitar nuestro país al profesor Clarence Cra-

foord, cirujano cardiovascular sueco de reconocida trayectoria que pisaba suelo uruguayo con la finalidad de hacer conocer las nuevas técnicas de la cirugía cardiovascular. Orestes colaboró intensamente con el equipo sueco de hemodinamia, encabezado por el doctor Bengt Jönsson, y en virtud del interés puesto de manifiesto, el profesor Crafoord lo invitó a efectuar una estadía en el Departamento de Pediatría del Instituto Karolinska, de Estocolmo -Suecia-, una vez que alcanzara su título de médico. Se graduó el 23 de enero de 1953, y el 15 de junio de ese mismo año, contrajo matrimonio con María Élida De León, a quien había conocido cuando él tenía veinticuatro años de edad y ella diecinueve, y quien durante siete años había sido su novia y colaboradora. Respondiendo a la invitación del profesor Crafoord, el 16 de setiembre de 1954, Orestes y su esposa Élida, junto a su pequeño hijo Daniel, viajaron a Suecia, realizando la travesía en el barco italiano de pasajeros “Julio César” durante más de veinte días. Durante ese año y 1955, Orestes asistió a los Ateneos de la Clínica Pediátrica del profesor Walgreen, con el fin de adquirir entrenamiento en cateterismo cardíaco y angiografía, y fue allí donde conoció a destacados profesionales, como el doctor Rune Elmqvist, médico, ingeniero y Director del Sector Productos Médicos de la empresa sueca “ElemaSchönander” -que más tarde se convertiría en “Siemens-Elema”, aún hoy la fábrica más importante de artículos médicos del país escandinavo-, quien sería su amigo durante el resto de su vida. Estando becado en el Instituto Karolinska observó como a los pacientes con bloqueo auriculoventricular los mantenían vivos con marcapasos externos, que eran equipos electrónicos que estimulaban el corazón, fabricados con las válvulas termoiónicas de ese entonces, alimentadas por energía de 110 o 220 voltios de la red de corriente eléctrica, con lo que la autonomía del paciente se limitaba, pura y exclusivamente, a la longitud del cable que unía el aparato a su conexión en la pared. Observando esta situación, en varias oportunidades, el doctor Fiandra propuso al doctor Elmqvist que se abocara a la fabricación de un marcapasos más pequeño, que pudiera implantarse directamente en los tejidos del cuerpo humano. Argumentaba que los

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transistores de germanio, de reciente fabricación en ese momento, consumían menos y que el conjunto electrónico podía ser protegido eficazmente con Araldit, una epoxi-resina fabricada para aislar las conexiones de los cables telegráficos submarinos. Al doctor Elmqvist le agradaba la propuesta, pero no estaba seguro de que los componentes fueran lo suficientemente seguros. Cuando el doctor Fiandra abandonó Estocolmo el desafío no se había resuelto aún. Al regresar a nuestro país, Orestes se dedicó de la docencia, hasta que en 1956 comenzó a atender a una paciente del CASMU, una joven abogada de treinta y seis años enviada por el doctor Enrique Barthe, que padecía de bloqueo auriculoventricular sin pérdida de conocimiento, una enfermedad conocida como crisis de Adam-Stokes. En 1959, la profesional comenzó a sufrir severos paros cardíacos reiterados, hasta diez por día. Parecía ser la paciente ideal para intentar una solución arriesgada. Por tal razón, Orestes se comunicó con los médicos que había conocido en la península escandinava, refiriendo el caso y manifestando su interés en conocer si finalmente se habían fabricado marcapasos implantables. La respuesta fue afirmativa, pero a la vez decepcionante. En efecto, Jönsson primero, y Elmqvist después, al regreso de su licencia estival, respondieron a Fiandra que efectivamente se había fabricado un marcapasos que fue implantado en 1958, aunque el implante sólo duró unas pocas horas debido a que el dispositivo no había funcionado en forma correcta. Orestes arriesgó la opinión de que el fracaso podía deberse a un exceso de consumo energético del marcapasos, y les sugirió utilizar acumuladores recargables por radiofrecuencia en lugar de baterías. El doctor Elmqvist puso reparos a esta sugerencia, no obstante lo cual manifestó su disposición a fabricar un marcapasos como el sugerido, pero aclarando que su utilización pasaba a ser responsabilidad del doctor Fiandra y de su paciente, ya que la experiencia realizada en Estocolmo había fracasado. El profesional uruguayo aceptó el desafío, y ese día cambió la historia. El 3 de febrero de 1960, en el Sanatorio N° 1 del CASMU, en Montevideo, conjuntamente con el cirujano Roberto Rubio, el doctor Fiandra logró el primer implante exitoso de un marcapasos en un ser humano

en el mundo. La intervención fue un éxito, y el dispositivo funcionó por un período de nueve meses, hasta el fallecimiento de la paciente. El éxito fue oficialmente reconocido mucho más tarde, en febrero de 1986, en el Primer Simposio Interamericano de Estimulación Cardíaca, realizado en Rio de Janeiro, a raíz de un implante realizado por el doctor Robert Hauser, en Buffalo, Estados Unidos de América, el 6 de junio de aquel mismo año de 1960. Durante las jornadas en territorio brasileño, el entonces presidente del Comité Histórico de la North American Society of Pacemakers and Electrophisiology, doctor Seymour Furman, le manifestó a Orestes que estaba convencido de que el suyo no sólo había sido el primer marcapasos implantado con éxito en América, sino en todo el mundo. A partir de entonces, Furman inició una investigación que lo llevó a entrevistar a distintos actores en todo el orbe; una vez concluida expuso la prioridad internacional del implante realizado por el doctor Fiandra en Montevideo. Los primeros marcapasos comerciales importados costaban mucho dinero en la década del sesenta y debido a ese costo extremadamente alto -entre US$ 1.000 y US$ 2.500-, sólo fue posible hacer unos pocos implantes en Uruguay. En 1966, el doctor Fiandra se enteró de que en el Instituto Dante Pazzanese, de San Pablo se estaban fabricando marcapasos implantables, y logró adquirir varios para sus pacientes al razonable precio de US$ 300 cada uno. Pero los marcapasos brasileños fallaban reiteradamente y, en virtud de ello, Orestes resolvió comenzar a producirlos en nuestro país. “Lo que puede hacer el hijo de una madre, lo puede hacer el hijo de otra madre”, señalaba con razón. El apoyo incondicional de su esposa Élida fue fundamental. Así, Fiandra y el técnico electrónico Luis Peña Umpiérrez diseñaron conjuntamente un equipo a transistores, de bajo consumo, que funcionaba con baterías de mercurio, no recargables, y que se sumergían en una pastilla de epoxi resina cubierta con silicona. Restaba aún la fabricación de los electrodos, cuyo principal inconveniente era la espiral metálica. El doctor Walter Espasandín propuso solucionar el problema con una máquina de hacer cuerdas de guitarra y, con ese objetivo, Fiandra y Peña se entrevistaron con un vecino de la localidad de La Paz, don Raymundo Marotti, quien un par de días más tarde tenía pronta la espiral. Marotti era un hombre mayor que falleció ese

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mismo invierno, pero su hermana vendió la máquina a Orestes, que ya conocía el procedimiento. Las espirales debían luego ser envainadas en un tubo de silicona, trabajo en el cual se vio involucrada toda la familia. Finalmente, en su intento por impulsar esta innovación de trascendente importancia -un marcapasos con un precio al alcance de toda la población-, Fiandra fundó el Centro de Construcción de Cardioestimuladores del Uruguay. Los requerimientos de tecnología de precisión, sin margen para el error, obligaron en aquel entonces a la toma de decisiones firmes, lo que permitió que poco a poco las dificultades fueran sorteadas, gracias a la capacidad y persistencia de los técnicos uruguayos. En 1993, el Centro de Construcción de Cardioestimuladores del Uruguay cambió su estructura interna, integrando un equipo de diseño decidido a conquistar nichos de mercados externos, lo que fue logrando con el paso del tiempo. Los marcapasos se implantaban entonces en forma subcutánea en el pecho del paciente y se conectaban a través de un catéter con su corazón, intercambiando mensajes a través de una antena por vía telemétrica, con una cabeza programadora que, desde afuera, podía cambiar los parámetros del dispositivo. Hoy, el Centro de Construcción de Cardioestimuladores es una empresa de alto nivel tecnológico que cuenta con 140 funcionarios, 40 de ellos ingenieros, dedicada ya no a la construcción de marcapasos, sino al diseño, desarrollo y manufactura en pequeños volúmenes de dispositivos implantables, y reconocida a nivel internacional por su extraordinaria calidad, certificada por las normas ISO internacionales. Otra de las históricas aspiraciones del doctor Fiandra fue la de concretar lo que hoy día conocemos como el Fondo Nacional de Recursos. Recién llegado de Suecia, Orestes aspiraba a introducir en la medicina uruguaya las nuevas técnicas diagnósticas y quirúrgicas sobre cardiología aprendidas en aquel país. Pero tempranamente comprendió que ellas tenían un costo muy elevado, demasiado para que pudieran ser afrontadas por las mutualistas o por el Ministerio de Salud Pública. En consecuencia, en 1966, el doctor Fiandra impulsó la creación de un Fondo para cubrir los costos de la cirugía cardiovascular y de otras tecnologías de alto valor. Propuso, para

ello, que cada afiliado a una mutualista pagara una mínima sobrecuota, equivalente al valor de una caja de cigarrillos de aquel entonces, y que el Ministerio de Salud Pública pagara el costo estricto de las intervenciones. La idea le pareció muy buena a varios de sus colegas, pero la Sociedad de Cardiología, en diciembre de 1967, argumentó que no era viable. El rechazo, lejos de quebrantar al doctor Fiandra, lo predispuso a seguir adelante con su idea hasta llegar a que esta se concretara en una ley. Durante años se entrevistó con actores médicos y políticos de diferentes partidos, y logró el respaldo y la adhesión de participantes de otras técnicas costosas, tales como trasplantes renales, prótesis de cadera y diálisis, casi con la misma regularidad con que, desde otras tiendas, recogía objeciones a su propuesta. Finalmente, en 1978, siendo el titular del Ministerio de Salud Pública su amigo el doctor Antonio Cañellas, tras dos años de insistencia, el doctor Fiandra logró que el Secretario de Estado impulsara la ley del Fondo Nacional de Recursos, que entró en vigencia en 1980, con la finalidad de que todos los pacientes, sin importar su condición económica, lograran acceso a la tecnología de alto costo, y que hoy es respaldado incondicionalmente por todos los uruguayos. Tanto es así, que el 23 de abril de 2009, una delegación de la Unión Europea en Uruguay y el Colegio “Cervantes” otorgaron al doctor Fiandra el Premio a la Creatividad por haber implantado en Uruguay el primer marcapasos que funcionó en un ser humano en el mundo y haber creado el Fondo Nacional de Recursos, reconociendo el gran avance logrado en el terreno social y científico. Durante la Presidencia del doctor Julio María Sanguinetti, el 29 de setiembre de 1995, el doctor Fiandra fue designado Presidente de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, que desde ese momento a la fecha ha realizado notables progresos. La Comisión lleva adelante actividades y programas educativos y de promoción de salud, fomentando la prevención de los principales factores de riesgo cardiovascular -tabaquismo, hipertensión arterial, alimentación inadecuada, sedentarismo. Cuenta con un programa de enseñanza de resucitación cardíaca con la finalidad de disminuir las numerosas muertes súbitas que se producen en el país, y es por ello que la Comisión ha firmado convenios para tal fin con diferentes

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instituciones públicas, entre ellas, nuestro Palacio Legislativo. Asimismo, en el Área de Genética Molecular, introduce procedimientos y metodologías que contribuyen a identificar componentes genéticos determinantes de enfermedad y riesgo cardiovascular. Además, a propuesta de los académicos Alfredo Navarro y Óscar Guglielmone, el doctor Fiandra fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Medicina, cuya postulación a la Presidencia siempre rechazó, alegando no disponer de tiempo para cumplir a satisfacción lo que esa tarea demandaba. Asimismo, el doctor Fiandra presentó un proyecto para crear el Sistema Nacional de Trasplantes de Órganos. La extensa trayectoria del profesor doctor Orestes Fiandra nos habla, así, de un eminente médico cardiólogo, profesor de Cardiología en la Universidad de la República, reconocido por la comunidad científica por haber implantado el primer marcapasos que funcionó con éxito en el mundo, multipremiado internacionalmente, fundador del Centro de Construcción de Cardioestimuladores del Uruguay, del cual es Presidente. Es, además, Presidente del Instituto Nacional de Cirugía Cardíaca, Presidente de la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular del Ministerio de Salud Pública, ex Presidente de la Sociedad de Medicina de Montevideo, Miembro de la New York Academy of Sciencies de Estados Unidos de América, y Académico Titular de la Academia Nacional de Medicina de Montevideo. Ingresó al CASMU el 1° de agosto de 1944, donde fue practicante, médico de urgencia, cardiólogo y miembro de la Junta Directiva. Por sus contribuciones, el Sindicato Médico del Uruguay le confirió la distinción sindical al mérito científico, docente y en el ejercicio profesional. Además, tiene registradas las patentes del electrodo de autofijación, del electrodo para estimulación eléctrica de tejidos vivos y del corazón artificial implantable; ha recibido quince premios internacionales -en Uruguay, Argentina y España- desde 1975 hasta 2009, y es autor de una proficua labor literaria, con más de 130 trabajos presentados. El doctor Fiandra se define a sí mismo como “un estudiante que andaba muy bien en lo que le gustaba y regular en lo que no le gustaba”. A sus 89 años de edad recién cumplidos, el hombre que hizo de las limitaciones en su trabajo su gran desafío, demuestra una

gran vitalidad y un extraordinario amor a la vida. Recuerda que un paciente le hizo escuchar una frase que desde aquel entonces le acompaña permanentemente: “La juventud no tiene edad, a condición de que se viva de la esperanza y jamás de la añoranza”. Pero el doctor Orestes Fiandra es mucho más que un estudiante selectivo y que una eminencia en el campo de la medicina internacional. Es un esposo y un padre de familia ejemplar, un abnegado e incansable luchador, un infatigable perseguidor de sueños, un hombre notable que ha sabido integrarse a la sociedad civil, y una persona de bien que ha luchado por los derechos de los pacientes y ha procurado ayudarlos a toda hora. Es, por sobre todo, un ejemplo de virtud y de altruismo que la sociedad uruguaya debe reconocer y admirar, y es, además, un espejo en el cual todos nos deberíamos mirar. Don Orestes ha contribuido, desde su espacio de trabajo, a transformar a esta nación en una democracia con igualdad de oportunidades, en la que cada uruguayo recibe lo que le corresponde por el solo hecho de ser parte de nuestra sociedad. Nos ha trasmitido su mensaje de esfuerzo, sacrificio, voluntad, ardor y exquisito respeto por la personalidad humana y nos obliga, casi, a transitar ese mismo camino para construir el Uruguay que nos merecemos. Su vigor permanece intacto; han triunfado sus ideales y el reconocimiento a su lucha. Muchas gracias, doctor Orestes Fiandra, por lo mucho que hizo, por todo lo que nos enseñó y por el legado de generosidad, desprendimiento, prodigalidad y nobleza que perdurará, más que en nuestros corazones, en las profundidades de la vocación solidaria de los uruguayos. Muchas gracias, señora Presidenta. (Aplausos en la Sala y en la barra) SEÑORA PRESIDENTA (Passada).- Tiene la palabra el señor Diputado Planchón Geymonat. SEÑOR PLANCHÓN GEYMONAT.- Señora Presidenta: queremos sumarnos a este homenaje que el Parlamento uruguayo y la Cámara de Representantes rinden a un gran hombre, a un gran ciudadano, a un gran médico. Se trata de un cardiólogo de excelencia, de una referencia científica a nivel mundial y los uruguayos tenemos el orgullo de decir que es nuestro.

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Además, en mi calidad de Representante Nacional por el departamento de Colonia, tengo el doble orgullo de decir que también es nuestro. Es un gran coloniense, un gran palmirense, a pesar de haber nacido en Montevideo. Creo que las palabras del señor Diputado Bianchi han sido felices y muy inteligentes, y en nombre del Partido Nacional queremos sumarnos al homenaje que se tributa a este hombre de ciencias, gran docente y referencia mundial de la medicina, como decíamos. Indudablemente, Uruguay le debe mucho al profesor doctor Orestes Fiandra. Hoy queremos destacar su calidad en distintas facetas. Es un hombre -descendiente de inmigrantes croatas- que, con un sacrificio y un esfuerzo muy grandes, se abrió camino en la ciencia y en la medicina. Reitero: se abrió camino con gran esfuerzo y hoy marca una tendencia para las nuevas generaciones que están presentes en la medicina del Uruguay. El señor Diputado Bianchi ha dicho muchísimo de lo que el doctor Fiandra representa para nuestro país. Es un hombre que ha logrado títulos y premios a nivel nacional e internacional; un hombre que pensó ser ingeniero pero que terminó siendo, felizmente, una gran referencia para la medicina; un hombre que implantó con éxito el primer marcapasos. Reitero, es una referencia a nivel mundial. No solo se destacó a nivel científico sino a nivel humano. Quienes lo conocemos, sabemos que es un hombre preocupado por sus pacientes y que sigue con la misma humildad de los grandes. En nombre del Partido Nacional y de todos los legisladores quiero sumarme a este merecido homenaje que se rinde a este gran hombre de ciencias. Además, el doctor Fiandra es un gran padre y un gran abuelo. Hoy aquí también está presente su señora, su familia y la gente que más lo siente y que más lo quiere, porque se trata de un hombre que ha sido referencia en un área de su profesión. Reitero: en nombre del Partido Nacional, quiero sumarme a este homenaje merecido que hoy el Parlamento uruguayo tributa al profesor doctor Orestes Fiandra. Muchas gracias, señora Presidenta. (Aplausos en la Sala y en la barra) SEÑORA PRESIDENTA (Passada).- Tiene la palabra el señor Diputado Radío.

SEÑOR RADÍO.- Señora Presidenta: 1960 era un tiempo en que un marcapasos cardíaco implicaba enchufar a un paciente a un tomacorrientes en la pared. Fue por aquel entonces que una joven abogada de alrededor de 40 años experimentaba frecuentes paros cardíacos y se transformó en la primera paciente del mundo a quien se le implantó un marcapasos, abriendo y exponiendo el corazón. Desde este pequeño país sudamericano, arrinconado entre sus dos hermanos mayores, llegaban noticias para la medicina del mundo. Se había realizado con éxito el primer implante de marcapasos en un ser humano. Hoy, hace aproximadamente cincuenta años de esto. El doctor Orestes Fiandra, conjuntamente con el doctor Roberto Rubio como cirujano, fueron los artífices de aquella hazaña. Casi una década más tarde -como bien señalaba el señor Diputado Bianchi-, ante el alto costo de los marcapasos importados y producidos en Estados Unidos de América y otros de funcionamiento irregular -que eran importados de San Pablo-, comenzaría la producción local de marcapasos por parte del Centro de Construcción de Cardioestimuladores, también fundado por el doctor Fiandra. Este maestro de ascendencia croata -como se señalaba-, nació en el domicilio de su mamá -a la usanza de aquellos tiempos- un 4 de agosto de 1921. Aquel niño -como recordaba la crónica del señor Diputado Bianchi- acompañaba a pescar a su abuelo en Nueva Palmira. Luego de haberse producido un cambio en su orientación vocacional -originalmente dirigida a la electrónica-, se graduó en la Facultad de Medicina en 1953 y, después de una estadía en Suecia, retornó al país con el firme propósito de desarrollar la cirugía y el cateterismo cardíacos. ¡Y vaya si lo logró! Hablamos de un académico que ha hecho escuela en la medicina -particularmente en la cardiología de nuestro país- y que hoy continúa al firme en la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular con esa prédica infinita, perenne, persistente para el corazón y desde el corazón, de quien ha demostrado ser uno de los mejores amantes de la profesión que ha abrazado. El Partido Independiente también saluda al maestro y al ciudadano ejemplar. Gracias, señora Presidenta. (Aplausos en la Sala y en la barra)

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Miércoles 11 de agosto de 2010

SEÑORA PRESIDENTA (Passada).- Finalizando la lista de oradores, tiene la palabra el señor Diputado Frachia. SEÑOR FRACHIA.- Señora Presidenta: quienes hemos pasado por la Facultad de Medicina y circunstancialmente ocupamos una banca en este Cuerpo, tenemos el doble deber de hacer un reconocimiento a este referente de la medicina que ha trascendido fronteras y que, a lo largo de una vida tan proficua, nos ha brindado sus valores. Por eso quiero sumarme a este homenaje. Además, resalto que ha sido un formador de familia y un referente para sus hijos. Quiero aprovechar esta oportunidad para saludar a su hijo Alfredo, quien fuera compañero mío de generación por aquellos procelosos años de la década del setenta, cuando los tiempos que corrían no eran muy propicios. Deseo destacar que el doctor Fiandra, como científico y como hombre de bien, supo mantenerse fuera de toda la política. En este país, en el que parece que todos tenemos la obligación de ponernos una camiseta y de mostrarla, el doctor Fiandra supo salir adelante y seguir trabajando en pro de la medicina. Ese ha sido el desvelo de toda una vida. No quiero hacer un resumen académico porque el señor Diputado Bianchi lo ha hecho muy bien, puesto que lo conoce como coloniense y como habitante de Nueva Palmira, pero deseo rescatar algunas de las enseñanzas que nos ha dejado el doctor Fiandra. Hace treinta o cuarenta años, cuando los factores de riesgo cardiovasculares eran poco importantes, no eran relevantes, el doctor Fiandra ya insistía en que esos parámetros eran fundamentales para la salud; en una sociedad en la que estamos hechos para que trascienda lo que se ve, lo que tiene marketing, la labor médica siempre va un poco a la cola y no se conoce muy bien. La actividad preventiva, que es la mejor forma de hacer salud, siempre fue propiciada por el doctor Fiandra, fundamentalmente, en lo referido a la salud cardiovascular. Uno siempre recuerda alguna de sus frases: “La edad que tenemos nosotros es la edad de nuestras arterias”. ¿Cómo cuidamos nuestra salud? Pues cuidando nuestras arterias, cuidando todos esos factores de riesgo que son fundamentales para que podamos tener una vida sana, una mejor calidad de vida.

Sumándome a la campaña contra el tabaco -que es realmente un pilar fundamental-, señalo que el doctor Fiandra ya era un pionero cuando sostenía que el hábito de fumar era un riesgo importantísimo para la salud. Por suerte, nuestra sociedad ha adoptado esta lucha y la continúa. Pienso que eso es realmente trascendental y este ejemplo será seguido y aprobado por otras sociedades. También quiero destacar que el implante de un marcapasos -ese pequeño aparatito capaz de salvar vidas- fue creado y desarrollado por el doctor Fiandra en su calidad de investigador. Algo que hoy nos parece tan común -el hecho sencillo de colocar ese pequeño artefacto-, él supo desarrollarlo y con ello salvar vidas. Ese fue el gran desvelo de toda una vida. Asimismo quiero resaltar su coherencia: toda la vida se mantuvo fiel a sus principios. Siempre tuvo coherencia con lo que predicó. Esta familia es realmente un ejemplo que nosotros, como ciudadanos e integrantes de esta bendita sociedad, deberíamos tener como referente. Muchas gracias. (Aplausos en la Sala y en la barra) SEÑOR BIANCHI.- Pido la palabra para una moción de orden. SEÑORA PRESIDENTA (Passada).- Tiene la palabra el señor Diputado. SEÑOR BIANCHI.- Señora Presidenta: mociono para que la versión taquigráfica de esta sesión sea enviada al Ministerio de Salud Pública, al Sindicato Médico del Uruguay, a la Federación Médica del Interior, a la Sociedad Uruguaya de Cardiología, al Instituto Nacional de Cirugía Cardíaca, a la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular, a la Academia Nacional de Medicina, al Fondo Nacional de Recursos y a su familia. SEÑORA PRESIDENTA (Passada).- Se va a votar. (Se vota) ——Cincuenta y siete por la afirmativa: AFIRMATIVA. Unanimidad. SEÑOR BIANCHI.- ¿Me permite, señora Presidenta? Me gustaría invitar a los integrantes de esta Cámara, que representamos democráticamente al pueblo uruguayo, a ponerse de pie y rendir homenaje con un fuerte aplauso al doctor Fiandra.

Miércoles 11 de agosto de 2010

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SEÑORA PRESIDENTA (Passada).- Si la Cámara está de acuerdo, así se procederá. (Así se procede.- Aplausos en la Sala y en la barra)

SEÑORA PRESIDENTA (Passada).- Se levanta la sesión.

(Es la hora 16 y 4)

IVONNE PASSADA PRESIDENTA

Tabaré Hackenbruch Legnani Prosecretario

Dr. Marti Dalgalarrondo Añón Secretario Redactor

Héctor Luis González Supervisor del Cuerpo de Taquígrafos

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