Número 3888
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NÚMERO 3888
MONTEVIDEO, MARTES 8 DE OCTUBRE DE 2013
República Oriental del Uruguay
DIARIO DE SESIONES
CÁMARA DE REPRESENTANTES
49ª SESIÓN (EXTRAORDINARIA)
PRESIDE LA SEÑORA REPRESENTANTE DANIELA PAYSSÉ (1era. Vicepresidenta)
ACTÚAN EN SECRETARÍA LA TITULAR DOCTORA VIRGINIA ORTIZ Y LOS PROSECRETARIOS SEÑORES TABARÉ HACKENBRUCH LEGNANI Y MARTÍN FERNÁNDEZ AIZCORBE
XLVII LEGISLATURA CUARTO PERÍODO ORDINARIO
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Martes 8 de octubre de 2013
Texto de la citación
Montevideo, 3 de octubre de 2013.
LA CÁM AR A DE REPRESENTANTES se reunirá en sesión extraordinaria, el próximo martes 8, a la hora 15, para informarse de los asuntos entrados y considerar el siguiente
– ORDEN DEL DÍA Centésimo aniversario de la creación de la aviación en el Uruguay. (Conmemoración).
VIRGINIA ORTIZ Secretaria
TABARÉ HACKENBRUCH Prosecretario
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SUMARIO
Pág. 1.- Asistencias y ausencias ………………………………………………………………………………………………………………. 4 2.- Asuntos entrados ………………………………………………………………………………………………………………………… 4
ORDEN DEL DÍA 3.- Centésimo aniversario de la creación de la aviación en el Uruguay. (Conmemoración). — Manifestaciones de varios señores Representantes……………………………………………………………………. 5
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1.- Asistencias y ausencias.
Asisten los señores Representantes: Pablo D. Abdala, Verónica Alonso, Nelson Alpuy, Fernando Amado, Gerardo Amarilla, José Amy, José Andrés Arocena, Roque Arregui, Alfredo Asti, Julio Bango, Julio Battistoni, José Bayardi, Ricardo Berois, Daniel Bianchi, Marcelo Bistolfi Zunini, Gustavo Borsari Brenna, Heber Bousses, Graciela Cáceres, Daniel Caggiani, Fitzgerald Cantero Piali, Rodolfo Caram, Felipe Carballo, José Carlos Cardoso, Alberto Casas, Gustavo Cersósimo, Antonio Chiesa, Hugo Dávila, Walter De León, Álvaro Delgado, Gustavo A. Espinosa, Guillermo Facello, Juan C. Ferrero, Julio Fiordelmondo, Antonio Gallicchio, Carlos Gamou, Jorge Gandini, Javier García, Juan Manuel Garino Gruss, Aníbal Gloodtdofsky, Óscar Groba, Doreen Javier Ibarra, Pablo Iturralde Viñas, Andrés Lima, Alma Mallo, Eduardo Márquez, Rubén Martínez Huelmo, Graciela Matiauda, Orquídea Minetti, Gonzalo Mujica, Amin Niffouri, Gonzalo Novales, Raúl Olivera, Miguel Otegui, César Panizza, Yerú Pardiñas, Daniela Payssé, Daniel Peña Fernández, Alberto Perdomo Gamarra, Nicolás Pereira, Aníbal Pereyra, Susana Pereyra, Darío Pérez Brito, Antonio Pérez García, Pablo Pérez González, Mario Perrachón, Ricardo Planchon, Iván Posada, Jorge Pozzi, Luis Puig, Daniel Radío, Carlos Rodríguez Gálvez, Edgardo Rodríguez, Nelson Rodríguez Servetto, Gustavo Rombys, Richard Sander, Berta Sanseverino, Pedro Saravia Fratti, Jorge Schusman, Rubenson Silva, Mario Silvera, Martín Tierno, Hermes Toledo Antúnez, Daisy Tourné, Jaime Mario Trobo, Javier Umpiérrez, Carlos Varela Nestier, Juan Ángel Vázquez, Walter Verri, Carmelo Vidalín, Dionisio Vivian y Horacio Yanes. Con licencia: Gustavo Bernini, Germán Cardoso, Rodrigo Goñi Romero, José Carlos Mahía, Felipe Michelini, Jorge Orrico, Ivonne Passada, Sebastián Sabini y Víctor Semproni. Faltan con aviso: Mario García, Luis Lacalle Pou, María Elena Laurnaga y Daniel Mañana. Sin aviso: Guzmán Pedreira y Alejandro Sánchez. Actúan en el Senado: Martha Montaner y Ana Lía Piñeyrúa.
2.- Asuntos entrados.
“Pliego N° 254 DE LA PRESIDENCIA DE LA ASAMBLEA GENERAL La Presidencia de la Asamblea General destina a la Cámara de Representantes los siguientes proyectos de ley, remitidos con su correspondiente mensaje por el Poder Ejecutivo: • por el que se aprueba el Convenio de Seguridad Social con el Gobierno de la Confederación Suiza, suscrito en Berna, el 11 de abril de 2013. C/2560/013 por el que se aprueba el Acuerdo de Cooperación con Georgia, suscrito en Montevideo el 29 de abril de 2013. C/2561/013 por el que se aprueba el Tratado sobre el Comercio de Armas, adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas el 2 de abril de 2013 y suscrito por la República Oriental del Uruguay el 3 de junio de 2013. C/2562/013 A la Comisión de Asuntos Internacionales La citada Presidencia remite copia del Oficio de la Suprema Corte de Justicia, por el que comunica dos Sentencias sobre Acciones de Inconstitucionalidad interpuestas contra la Ley Nº 18.876, de 29 de diciembre de 2011, relativo al Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales. C/72/010 A la Comisión de Constitución, Códigos, Legislación General y Administración
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La referida Presidencia remite copia del texto de la exposición realizada por un señor Edil de la Junta Departamental de Florida, por la que solicita la designación de “Dr. Wilson Monti Grané” al Liceo Nº 3 de la referida ciudad. C/11/010 A la Comisión de Educación y Cultura DE LA CÁMARA DE SENADORES La Cámara de Senadores remite el proyecto de ley, aprobado en nueva forma, por el que se aprueba la Rendición de Cuentas y Balance de Ejecución Presupuestal, correspondiente al Ejercicio 2012. C/2397/013 A la Comisión de Presupuestos, integrada con la de Hacienda COMUNICACIONES GENERALES La Junta Departamental de Treinta y Tres remite copia de la Resolución aprobada por dicho Cuerpo, brindando apoyo a iniciativas del SUNCA y el PIT- CNT. C/12/010 Téngase presente
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COMUNICACIONES DE LOS MINISTERIOS El Ministerio de Educación y Cultura contesta el pedido de informes del señor Representante Daniel Mañana, sobre la presunta eliminación o reducción de horas de la asignatura de informática en Educación Secundaria. C/127/010 El Ministerio de Transporte y Obras Públicas contesta el pedido de informes del señor Representante Gustavo Rombys, relacionado con el número y ubicación de inmuebles propiedad de la Administración de Ferrocarriles del Estado en el departamento de Paysandú. C/2368/013 El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente contesta los siguientes pedidos de informes: • del señor Representante Richard Sander, acerca del presupuesto asignado por dicha Cartera, y los aportes presupuestales internacionales adjudicados al Programa de Integración de Asentamientos Irregulares. C/1912/012 del señor Representante Luis Lacalle Pou, referente a las consecuencias derivadas de la apertura artificial de la “barra” de la Laguna de Rocha. C/2416/013 A sus antecedentes PEDIDOS DE INFORMES El señor Representante Juan Manuel Garino solicita se cursen los siguientes pedidos de informes sobre un acuerdo celebrado entre ANTEL y la Intendencia de Canelones para la adquisición de un inmueble ubicado en el Parque Industrial de Pando: • • al Ministerio de Economía y Finanzas, con destino a la Dirección Nacional de Catastro. C/2552/013 al Ministerio de Industria, Energía y Minería, con destino a la Administración Nacional de Telecomunicaciones. C/2553/013 al Tribunal de Cuentas. C/2554/013
blica, acerca de actividades de neto corte político en el liceo Zorrilla de Montevideo. C/2556/013 El señor Representante Miguel Otegui solicita se curse un pedido de informes a los Ministerios de Salud Pública, y por su intermedio a la Administración de los Servicios de Salud del Estado y a la Dirección Departamental de Salud de Paysandú; de Desarrollo Social, y por su intermedio al Instituto Nacional del Adulto Mayor y de Trabajo y Seguridad Social, y por su intermedio al Banco de Previsión Social, referente a las casas de salud del referido departamento. C/2557/013 El señor Representante Juan Manuel Garino Gruss solicita se curse un pedido de informes al Ministerio de Educación y Cultura, con destino al Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, sobre una actividad desarrollada en el Liceo Nº 4 “Juan Zorrilla de San Martín”. C/2558/013 Se cursaron con fecha 3 de octubre
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La señora Representante Verónica Alonso solicita se curse un pedido de informes al Ministerio de Educación y Cultura, y por su intermedio al Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, relacionado con el número de escuelas especializadas y los cursos dirigidos a docentes de Educación Inicial y Primaria. C/2559/013 Se cursó con fecha 7 de octubre”.
3.- Centésimo aniversario de la creación de la aviación en el Uruguay. (Conmemoración).
SEÑORA PRESIDENTA (Payssé).- Habiendo número, está abierta la sesión. (Es la hora 15 y 10) ——Se entra al orden del día con la consideración del asunto motivo de la convocatoria: “Centésimo aniversario de la creación de la aviación en el Uruguay. (Conmemoración). Tiene la palabra el señor Diputado Abdala. SEÑOR ABDALA.- Señora Presidenta: el próximo domingo se iniciará en nuestro país un circuito aéreo que recorrerá las diecinueve capitales departamentales y finalizará con un festival aéreo, civil y militar, en el Aeropuerto Internacional “Ángel Adami”, más conocido como Aeródromo de Melilla. En él participarán aproximadamente veinte aeronaves civiles uruguayas, aeronaves de la Fuerza Aérea uruguaya y aeronaves civiles brasileñas.
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El señor Representante Ricardo Planchon solicita se curse un pedido de informes a los Ministerios de Transporte y Obras Públicas, y por su intermedio a la Dirección Nacional de Arquitectura; y de Educación y Cultura, relacionado con la asignación de una partida para la recuperación de la Estancia y Capilla de Narbona. C/2555/013 Se cursaron con fecha 2 de octubre
El señor Representante Jorge Gandini solicita se curse un pedido de informes al Ministerio de Educación y Cultura, con destino al Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pú-
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Queremos decir que no se trata de una actividad aislada, sino que se inscribe en una serie de eventos muy relevantes que se están cumpliendo a lo largo de todo este año 2013 y que continuarán con relación al centenario de la creación de la aviación civil y militar uruguaya. En el mes de marzo se realizó un acto militar en el Comando General de la Fuerza Aérea de Uruguay, con participación de todas las Fuerzas Aéreas de la región: de Argentina, de Brasil, de Chile y de Paraguay. Hubo una demostración aérea muy significativa e importante, que contó con la participación de medios aéreos de las Fuerzas vecinas. Posteriormente, en el mes de julio se realizó un festival de bandas militares y hasta una carrera hípica para conmemorar este acontecimiento. En el mes de agosto, se conmemoró el Día de los Mártires de la Aviación Militar y varias son las actividades que se han desarrollado y las que están previstas hacia adelante, entre ellas, en el mes de noviembre, la inauguración de las nuevas instalaciones del Museo Aeronáutico. Hemos querido iniciar estas palabras con este tono informativo, más que reflexivo -como es habitual en estos casos-, porque nos parece que es importante advertir que la significación, trascendencia y prolongación de estos actos no ocurre porque sí, sino que tienen directa relación con lo que están destinados a celebrar y a conmemorar, que son, precisamente, los primeros cien años de la aviación nacional que en el día de hoy la Cámara de Representantes está homenajeando. Para aquilatar la importancia que ha tenido la aviación nacional a lo largo de la historia, conviene detenerse en los conceptos que directamente se vinculan con ella, que son esenciales para la vida y la sobrevivencia de la nación: el concepto de la seguridad, el concepto de la soberanía, el concepto de la integridad territorial y, por añadidura, el concepto de la libertad, porque el nuestro es un país independiente que, por lo tanto, vive, actúa y ejerce a plenitud la libertad en los términos de la autodeterminación desde la misma fundación de la República. Todos esos conceptos y valores están asociados a la aviación nacional porque, entre otras cosas, ayudan a preservar a la Fuerza Aérea Uruguaya desde el momento de su creación y, aunque no nos demos cuenta con facilidad, ese es uno de los objetivos primordiales y una de las razones de la existencia de la Fuerza Aérea del Uruguay.
Por supuesto, también hay aspectos vinculados con el transporte de bienes y de personas y, por añadidura, con el desarrollo, el crecimiento, el progreso y, por lo tanto, con el interés nacional, que son conceptos que se enraízan con la celebración de los cien años de la aviación. Hay intereses de carácter privado, de carácter nacional, de carácter comercial, de carácter personal, de aquellos que utilizan la aviación como medio de transporte, aquellos que utilizan los servicios que brinda la aviación en la tarea que realiza y que, sin ninguna duda, también nos benefician a todos. En algún sentido, todos los integrantes de la comunidad somos destinatarios de los beneficios que se derraman de esta actividad, también aquí, aunque de pronto no nos demos cuenta con mayor facilidad. Sin duda, la celebración de estos cien años obliga y, a la vez, invita a realizar evocaciones de carácter histórico, porque la que estamos evocando, recordando y homenajeando en la tarde de hoy es una historia larga y legítimamente orgullosa de sí misma. Hay dos acontecimientos principales que señalan la razón por la cual el centenario se está celebrando, en la actualidad, en el curso de este 2013, y es que el año 1913 tiene carácter fundacional, porque es cuando se crea la Escuela de Aviación Militar -que fue el antecedente más directo de la Fuerza Aérea Uruguaya- y el Aero Club del Uruguay que, sin duda, fue el punto de partida de la aviación privada y comercial. Nada de esto ocurrió por generación espontánea. Seguramente, hubo -así lo registró la historiaepisodios y hechos de distinta relevancia en los albores del siglo XX que fueron ambientando la realidad, que fueron condicionando el medio y que fueron también excitando el celo de aquellos que, en aquel entonces, ya demostraban una vocación especial por la aeronavegación y que, a la postre, devinieron en precursores de esta actividad. En 1907, Jorge Newbery y Aarón Anchorena realizaron el primer cruce del Río de la Plata en globo y aterrizaron en Conchillas. En 1910, el italiano Bartolomeo Cattaneo fue el primero en cruzar en avión el Río de la Plata. Por aquellos años, el mismo Cattaneo realizó distintos vuelos uniendo diferentes puntos del territorio nacional uruguayo; sobrevoló distintas zonas de nuestro país: Salto, Montevideo y, en la capital, el Hipódromo Nacional de Maroñas. Inclusive, se recuerda con mu-
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cha precisión que aquel pionero de la aviación fue parte de los sobrevuelos que realizó en aquellos años por nuestros lares. En 1912, Teodoro Fels realizó el primer sobrevuelo Buenos Aires-Montevideo marcando, además, un récord mundial en términos de vuelos sobre el agua. Estos son, a vía de ejemplo, algunos hechos y antecedentes que pueden señalarse como, sin duda, estimulantes de lo que vino después, y como provocadores de todo lo que a partir de 1913, para gloria y orgullo de nuestro país, aconteció con relación a la navegación aérea y a la aviación nacional. En 1913, se funda el Aero Club del Uruguay, por la necesidad de contar con una entidad que patrocinara la actividad aérea en nuestro país. Así que se conforma un comité pro aviación nacional, que sería el antecedente de una institución aeronáutica que después recibiría el nombre de Aero Club. Primero fue el Comité Nacional de Aviación y, el 25 de julio de ese año ya adoptó el nombre de Centro Nacional de Aviación, para convertirse años después en lo que hoy conocemos como Aero Club del Uruguay. El 22 de enero de ese mismo año 1913, se produce un primer acontecimiento de enorme importancia histórica, porque en las primeras horas de esa tarde se prueba en vuelo el monoplano denominado Uruguay II, el primer aparato construido y diseñado por un hombre de enorme significación y estatura personal y profesional de la aviación uruguaya, como el señor Francisco Eduardo Bonilla. Hago un paréntesis en este homenaje para comentar que en estos momentos hay una solicitud en la Intendencia de Montevideo para descubrir una placa con su nombre en la intersección de las calles Miguelete y Constitución, donde este adelantado realizó el primer aterrizaje nocturno que ocurrió en suelo uruguayo, en lo que en aquel entonces era la Quinta Vallarino, el 21 de octubre de 1914. Quiere decir que en estos días estaremos conmemorando los primeros noventa y nueve años de aquel episodio. Sería de enorme justicia que el Gobierno Departamental de Montevideo, en honor a este precursor y, en él a toda la aviación nacional, tributara ese homenaje, designando ese espacio libre con su nombre para la posteridad y para el recuerdo de las futuras generaciones. Transcurrido ese agitado mes de enero, el Presidente Batlle y Ordóñez contrató al aviador francés
Marcel Paillette, quien había sido, a la sazón, creador de la Escuela Militar de Aviación en Buenos Aires, con la idea de que realizara similar o idéntica labor en el Uruguay, es decir, que se abocara a echar las bases de la creación de lo que después sería la Escuela de Aviación Militar Uruguaya. El 17 de marzo de 1913 se inauguró la Escuela de Aviación Militar en el actual Campo Militar Nº 1 del Ejército, próximo a Los Cerrillos. En aquel entonces, diez arriesgados jóvenes oficiales del Ejército -porque, al inicio, esta Escuela de Aviación se ubicaba en los cuadros del Ejército Nacional-, los primeros diez, demostrando un espíritu de aventura pero, sobre todo, de afición al riesgo, se presentaron para aprender y para desarrollar su vocación aeronáutica. Y lo hicieron en un enorme y primitivo aparato biplano de madera, tela y alambres que, según cuentan los historiadores, se parecía bastante más a una cometa que a lo que nosotros conocemos o reconocemos con la forma de un avión. Diría que en el aspecto que acabo de narrar hay una cuestión central del homenaje que estamos realizando. En ese momento, como todo lo nuevo y todo lo desconocido, nada estaba ensayado ni probado; todo era riesgoso y enigmático. Sin embargo, diría que de manera casi instintiva estos jóvenes uruguayos demostraron un enorme espíritu de riesgo y una gran capacidad de arrojo en la búsqueda de lo nuevo, de lo desconocido, oteando e intuyendo que detrás de lo desconocido estaba el progreso. Sin duda, eso se inscribe en la realidad de un Uruguay que por aquellos años recién ingresaba a la modernidad, que estaba por cumplir sus primeros cien años de existencia independiente, pero que iniciaba, repito, el camino hacia la inserción en un tiempo nuevo en la vida del país y en la vida del mundo. Creo que es imperioso y absolutamente inevitable destacar entre aquella decena de jóvenes la presencia de dos precursores, de dos referencias absolutamente ineluctables en esta historia que estamos narrando, como el Teniente Primero Juan Manuel Boiso Lanza y el Alférez Cesáreo Berisso, nombres que, por supuesto, aun en el más absoluto desconocimiento de la historia aeronáutica, resultan familiares y fácilmente identificables. Boiso Lanza da nombre a la base aérea donde se asienta hoy el Comando General de la Fuerza Aérea Uruguaya. Murió tempranamente en 1918 en un accidente aéreo en el sur de Francia. A partir de enton-
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ces, Berisso se erigió en un actor principalísimo de esta historia. Sin duda, corrió mejor suerte que su compañero de historia, Boiso Lanza. Voló prácticamente durante cuarenta años, entre 1913 y 1952, todas las aeronaves de su tiempo. En 1929 realizó la hazaña de cruzar los Andes desde Buenos Aires, aterrizando en Santiago; luego siguió la travesía hacia el norte, pero lamentablemente tuvo que hacer un aterrizaje forzoso y no pudo pasar más allá de las selvas del sur de Colombia, si bien estaba planificado que llegara hasta Estados Unidos de América. Estos episodios y muchos otros que podrían agregarse, describirse y narrarse muestran que aquellos fundadores y precursores fueron verdaderos héroes -podríamos decirlo así, sin riesgo de exagerar ni de caer en definiciones grotescas-, auténticamente, lo fueron: uno, perdiendo la vida temprana y repentinamente, Boiso Lanza; el otro, arriesgándola hasta el límite, Berisso, pero siempre dispuesto a darla, si eso fuera necesario para alcanzar el objetivo superior que aquellos jóvenes perseguían que fuera -y que después se terminó por concretar- el desarrollo de la aviación. Esta reseña no estaría completa si no habláramos de otro precursor, el General Tydeo Larre Borges quien en 1929, piloteando un biplano de un solo motor realizó ni más ni menos que el cruce del Atlántico Sur entre España y Río de Janeiro, logro absolutamente excepcionalísimo para la realidad de su tiempo. También sería faltar a la verdad histórica, cuando de evocar nuestro pasado en esta materia se trata, si no mencionáramos a los hermanos Jorge y Alberto Márquez Vaeza, fundadores de Pluna, en el año 1936, que inicialmente fuera una empresa de cabotaje que realizó vuelos en el interior del país, desde y hacia distintos puntos del territorio nacional -Tacuarembó y Rivera, Paysandú y Salto- y que, como todos sabemos, después realizó vuelos internacionales y transatlánticos. Obviamente, menciono todo esto más allá de las circunstancias polémicas que se han vivido en los últimos tiempos y, particularmente y por encima de todo, del dolor que a todos nos provoca la desaparición de esta empresa que está indisolublemente asociada, más allá de su final, a la mejor historia de la aeronavegación nacional. Por lo tanto, sin ánimo de abusar del tiempo porque, como es obvio, todas las bancadas parlamentarias van a sumarse a esta recordación, a este homenaje, a esta evocación, a este reconocimiento de la
tarde de hoy, simplemente queremos agradecer al Cuerpo y a todos los sectores parlamentarios por la receptividad al planteo que desde el Partido Nacional se formulara en cuanto a llevar adelante este homenaje. Entendemos -estuvo en el origen de ese planteamiento y diría también en el trasfondo de esta sesión- que está bien que la Cámara se detenga por unos instantes, aunque más no sea, a recordar todos estos episodios y a evocar a quienes los protagonizaron, porque si bien las sociedades deben tener vocación de futuro y mirar esencialmente hacia delante, también deben tener clara su raíz y conocer en forma cabal sus orígenes porque eso, sin duda, es lo que permitirá proyectarnos de mejor manera hacia el futuro. Homenajear los cien años de la aviación es homenajear a todos esos grandes precursores que hemos traído a nuestra palabra en la tarde de hoy, es también homenajear a los caídos, a quienes desaparecieron trágicamente, porque la gloria también se compone del dolor -el dolor es hermano de la gloria en todas estas gestas épicas y todos estos desarrollos no exentos de sacrificio-, y es homenajear nuestra propia identidad. Diría que homenajear estos cien años gloriosos de la aviación nacional, la militar y la civil, es homenajearnos a nosotros mismos y reconocer, advertir y constatar que tenemos un gran país. Gracias, señora Presidenta. (Aplausos en la Sala y en la barra) SEÑORA PRESIDENTA (Payssé).- La Mesa comunica que en la bandeja derecha, en la primera fila y en el siguiente orden, se encuentran el Ministro de Defensa Nacional, señor Eleuterio Fernández Huidobro; el Subsecretario de Defensa Nacional, señor Jorge Menéndez; el Jefe de Estado Mayor de la Defensa, General Daniel Castellá: el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, General del Aire Washington Martínez; el General del Aire Enrique Bonilla, y el Teniente General Enrique Bonelli. En la segunda fila se encuentran los Tenientes Generales Fernando Arbe, Carlos Pache y Raúl Sampedro. En el palco derecho se encuentran Oficiales Generales en actividad y en el palco izquierdo Oficiales Generales en retiro. A todos ellos les damos la bienvenida, al igual que a quienes nos acompañan en esta sesión desde ambas barras de la Cámara. Tiene la palabra el señor Diputado Amy. SEÑOR AMY.- Señora Presidenta: con beneplácito nos sumamos a esta iniciativa del señor Diputado
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Pablo Abdala. Queremos saludar al señor Ministro de Defensa Nacional, al señor Subsecretario, al Jefe del Esmade, al Comandante de la FAU, a los ex Comandantes aquí presentes, a Oficiales de otras Fuerzas que se han dado cita en este homenaje, al personal superior, a los Oficiales y Suboficiales de la FAU y, por supuesto, al futuro de la Fuerza Aérea Uruguaya: los estudiantes de las distintas escuelas de la Fuerza Aérea de nuestro país. Indudablemente, en algunos tramos de nuestra alocución pequemos de reiterativos, pero bueno es decir que todos hemos ido a abrevar a las mismas aguas y a los mismos antecedentes de la historia fecunda de la Fuerza Aérea. Por eso, comenzaré relatando brevemente los antecedentes de nuestra FAU y luego intentaré hablar sobre el presente y el futuro. El 25 de diciembre de 1907, Jorge Newbery y Aarón Anchorena cruzaron el Río de la Plata en el globo “El Pampero”, aterrizando en el departamento de Colonia, más precisamente, en las cercanías de Conchillas, en lo que fuera un verdadero acontecimiento popular. El 24 de noviembre de 1912, Newbery cruza el Río de la Plata en el monoplano “Centenario”, un Bléirot Gnome de 50 caballos de fuerza. Cabe destacar que fue el primero en cruzar el río y volver en el mismo día, realizando el trayecto Buenos Aires-ColoniaBuenos Aires. Posteriormente, el Conscripto argentino Teodoro Fels batió el récord mundial de vuelo sobre agua, al cruzar el Río de la Plata, en un vuelo desde Buenos Aires a Montevideo en dos horas y veinte minutos, en la madrugada del 1° de diciembre de 1912, a bordo de un Blériot, uniendo por vez primera ambas capitales por vía aérea. Esta proeza la llevó a cabo a espaldas de sus superiores, sin autorización, lo que le supuso una sanción, aunque inmediatamente fue felicitado por la hazaña. Estos hechos aeronáuticos destacados llevaron a que nuestro Gobierno, que en ese período era presidido por don José Batlle y Ordóñez, contratara a principios de 1913 -cuando aún no habían pasado diez años de las primeras experiencias exitosas de la aviación a nivel mundial- al aviador francés Mr. Marcel Paillette, fundador e instructor de la escuela Militar de Aviación de “El Palomar”, en Buenos Aires, en 1912, para que creara una similar en nuestro país, a semejanza de las más adelantadas de aquel entonces.
Así, modestamente pero con mucho futuro, nace la Escuela de Aviación Militar, comenzando de esta manera las actividades aeronáuticas militares en el país, cuando el 17 de marzo de 1913 se inaugura en un potrero de la estancia “Santo Domingo”, hoy “Campo Militar N° 1” del Ejército, cercano a Los Cerrillos, departamento de Canelones. En esa época todavía era la Aeronáutica Militar y formaba parte del Ejército Nacional. Un puñado de diez intrépidos jóvenes Oficiales del Ejército se dieron cita en la aludida estancia, convocados como alumnos de la Escuela de Aviación Militar, con el fin de aprender a volar. En aquel 17 de marzo el Instructor Marcel Paillette dio inicio a la adaptación y al adiestramiento de sus discípulos, y estos a la gran aventura que representaba enrolarse entre los primeros hombres que aceptaron en Uruguay este gran desafío de querer ser aviadores, en aquellos lejanos años del nacimiento de la “locomoción aérea” -como se le decía-, en un enorme y primitivo aparato biplano tipo “Farman”, de madera, tela y alambres, más parecido a una gran cometa -como decía el señor Diputado Abdala- que a la idea que hoy tenemos de un avión, impulsado por un trepidante y caprichoso motor rotativo de 50 caballos de fuerza. Ese aeroplano había recibido el pomposo denominativo de “El Águila”, pintado en su timón de profundidad que, para confundir más, iba adelante. Era la aventura misma, rodeada por ese halo místico de la aviación naciente, que quién sabe adónde los transportaba cada vez que les tocaba subir en aquel desmesurado pájaro, sin siquiera un modesto parabrisas. Solamente un alumno, el Alférez Cesáreo Berisso, alcanzó a volar solo, transformándose en el primer compatriota que lo hiciera sin instructor, fuera del Programa. Luego de la finalización del contrato de Mr. Paillette, el domingo 22 de junio de 1913, en un gesto de rebeldía e indisciplina pero heroico, decola antes del alba, tomando el avión “Farman” sin autorización de Los Cerrillos, sobrevolando Montevideo y aterrizando en la playa Malvín, luego de una hora y cuarenta y cinco minutos en el aire. El fin de este acto era evidenciar lo avanzado del adiestramiento a las autoridades y a la opinión pública ante el cierre del Instituto, tratando con ello de posibilitar la renovación del contrato del instructor francés. La aparentemente efímera existencia de la escuela de Los Cerrillos no fue tal, en virtud a la continuidad que le dieron dos de aquellos diez jóvenes, en los
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cuales había prendido bien fuerte la vocación aeronáutica necesaria para tratar de ser aviadores, en aquel período experimental de la naciente conquista del aire. Ellos eran el Teniente Primero Juan Manuel Boiso Lanza y el Alférez Cesáreo Berisso, únicos del grupo que más adelante lograron recibir, en 1915 y 1916, el brevet de piloto en Argentina y Chile, junto a otros dos precursores: el Teniente Primero Adhemar Sáenz Lacueva y el Alférez Esteban Cristi. Ellos cuatro, con el mecánico francés Paul Castaibert, fundaron en 1916 la Escuela Militar de Aviación, en un antiguo tambo al que ellos transformaron en un aeródromo que, a partir del 9 de setiembre de 1930, pasó a denominarse Base Aérea Capitán Juan Manuel Boiso Lanza, donde hoy se levanta el Comando General de la Fuerza Aérea Uruguaya. De este modo, se honra a uno de aquellos hombres de Los Cerrillos, el Capitán Boiso Lanza, primer Director de la Escuela Militar de Aviación y primer mártir de la aviación militar, gracias a la iniciativa de su compañero de 1913, el General Aviador Cesáreo Berisso. Los nombres de ambos se repetirán al cabo de los años una y otra vez en buena parte de la historia institucional. La vida de Boiso Lanza resultaría tronchada en 1918 en las cercanías de Pau, sur de Francia, durante la finalización de un vuelo de entrenamiento de combate. La vida de Berisso es otra cosa. Sobrevive a la época heroica de la aeronáutica, con los graves accidentes que le caracterizaron, luego de haber surcado en elementales aeroplanos y en globo libre los cielos, no solo del Río de la Plata sino de gran parte de América. A Berisso lo encontramos en cada página importante de nuestros libros de la historia aeronáutica, fundando, creando, organizando y comandando toda entidad que precedió a la Fuerza Aérea y, a su vez, como principal actor, volando desde 1913 a 1952 todas las máquinas con las cuales se fue realizando la conquista del aire, incluida una diseñada por él y construida en Uruguay. Justamente, con dicho aparato biplano se dio el comienzo de uno de los más emblemáticos vuelos continentales de la época heroica, realizado por el Teniente Coronel Berisso, entonces Director de la Escuela Militar de Aviación, acompañado por el Mayor Rogelio Otero, Subdirector, y el mecánico precursor don Dagoberto Moll, en esa máquina a que hacíamos referencia, primer aeroplano diseñado y construido en nuestro país, obra artesanal de los talleres de la Escuela Militar de Aviación, instalados en
la histórica Base Aérea Capitán Boiso Lanza. Se trataba del avión “Montevideo”, un biplano de 450 caballos de fuerza, con una autonomía de dieciocho horas de vuelo, una máquina extraordinaria para la época, de la cual se construyeron tres prototipos. Con el aludido biplano partieron el 17 de marzo de 1929 del aeródromo que los franceses de la “Compagnie Générale Aéropostale” -actual Air France- tenían en las cercanías de Pando -hoy Base Aérea General Artigas, sede de la actual Escuela Militar de Aeronáutica-, cruzaron los Andes desde Buenos Aires y aterrizaron en Santiago de Chile en un solo vuelo, luego de nueve horas y media de haber salido de la capital argentina. Continuaron por la costa del Pacífico hacia el norte, pasando por Chile, Perú, Ecuador; su destino final era Nueva York, pero la suerte y una bomba de aceite del motor les jugaron una mala pasada sobre las impenetrables selvas del sur de Colombia, por lo que se vieron obligados a realizar un aterrizaje forzoso en plena jungla, con la pérdida total de la aeronave “Montevideo”, salvándose su valerosa tripulación gracias a la pericia del piloto. Aún se puede recordar una diferente gran conquista realizada en 1929 por otro de los precursores, el General Tydeo Larre Borges, quien en revancha de su tentativa fallida de 1927, entre el 15 y 17 de diciembre de ese año para nuestras alas, en un biplano “Breguet” de un solo motor, acompañó al Capitán del Ejército del Aire de Francia, León Challe, en el cruce del Atlántico Sur, entre España y Brasil, en un solo vuelo que les llevó cuarenta y un horas en el aire, por primera vez sin etapas para un americano. Fueron dos episodios de la historia aeronáutica protagonizados por aviadores de la Escuela Militar de Aviación, que tuvieron repercusión mundial, pero no son los únicos. Formaron parte de aquel período de la aviación que buscaba nuevas rutas: más lejos, más alto y a mayor velocidad, ciclo al que nuestro país, a pesar de su dimensión, no estuvo ajeno, merced a los hombres de dicha Escuela y a la Institución predecesora que fue la Aeronáutica Militar, fundada el 31 de diciembre de 1935, de la cual surge el 4 de diciembre de 1953 la Fuerza Aérea Uruguaya. El rasgo que exhibe la institución desde su época heroica y que mantiene orgullosamente hasta el día de hoy, con las modificaciones de la organización y los nuevos equipamientos, se acompasan a una prepara-
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ción acorde a las tripulaciones aéreas y terrestres que podemos calificar de excelentes. Lo demuestran fehacientemente cuando se tienen que cumplir misiones dentro del continente, antárticas, transatlánticas, con aviones o helicópteros, como ha ocurrido y ocurre en muchas oportunidades. Ellos son ejemplos de las actividades de la Fuerza Aérea que se conocen por las noticias que aparecen permanentemente en cada una de sus intervenciones en los medios de difusión masiva. Las que no aparecen porque pertenecen al diario vivir, como son ejercicios, el adiestramiento, la calificación, así como mantener un razonable entrenamiento como pilotos aviadores militares, que es fundamental y esencial, forman parte de su rutina operacional. La Fuerza Aérea se valora por su legado, por su pasado y por su presente, y analizando serenamente los hechos que la moldearon, encontramos en ellos frutos espirituales permanentes que demuestran la vocación de los aviadores. Asimismo, con realismo y objetividad, se ve el presente de la Fuerza Aérea Uruguaya, que nos comprende a todos y nos da esperanzas para el futuro. En los minutos que me quedan, quiero hacer especial hincapié en el presente, como lo hice del pasado. Me refiero al presente venturoso de todos esos jóvenes que deciden llevar adelante la carrera de la aviación militar. Cuando egresan, ellos son muy apreciados no solo en el ámbito militar de Latinoamérica, sino por su formación en lo que tiene que ver con la aviación comercial. Por suerte y con buen criterio, este Parlamento, no hace mucho, votó una normativa que dota de una compensación que hace más atractivo para los egresados quedarse en la Fuerza y evita la emigración de esa calificación tan importante, en la cual invertimos todos los uruguayos. Con los compañeros Diputados de la Comisión de Defensa Nacional autorizamos el Ejercicio Operativo La Cruz. Nuestra Fuerza Aérea, quizás con equipamientos un poco pasados en años, pero con un excelente mantenimiento y con una mejor “performance”, equipara las diferencias tecnológicas que tenemos con otras Fuerzas del mundo que van a participar en este ejercicio, como la de Estados Unidos de América, la de Canadá, la de Brasil y la de Argentina con la capacitación del capital humano.
Quiero también hablar del futuro, como hice en el seno de la Comisión de Defensa Nacional con el señor Ministro, aquí presente. Todos los partidos políticos tenemos un gran debe en cuanto a asumir un costo compartido, que tiene que ver con que en algún momento nos vamos a tener que poner a discutir y a explicar a la población que es necesario invertir en nuevas aeronaves para la Fuerza Aérea. Hacemos este planteo no para llevar adelante la hipótesis de un conflicto, sino para ejercer fehacientemente nuestra soberanía en nuestro territorio nacional y, fundamentalmente, para defendernos de muchos flagelos que hoy en día no son tangibles pero que están presentes y forman parte de la inseguridad que generan en nuestro territorio. Por muchos años más, por un presente vigoroso y por un mejor futuro, felicitaciones a la Fuerza Aérea Uruguaya. Gracias, señora Presidenta. (Aplausos en la Sala y en la barra) Tiene la palabra el señor Diputado Rombys. SEÑOR ROMBYS.- Señora Presidenta: saludamos la iniciativa del señor Diputado Abdala respecto a este merecido homenaje que se está haciendo a la aviación del Uruguay, y también a las autoridades civiles y militares presentes. El pasado 17 de marzo se cumplieron cien años de la inauguración de la Escuela de Aviación Militar. En 1913, el Ministerio de Guerra y Marina crea la Escuela de Aviación Militar y la ubica en un potrero de la Estancia Santo Domingo, hoy Campo Militar Nº 1 del Ejército, cercano a Los Cerrillos, departamento de Canelones. Este nacimiento es consecuencia de los múltiples e importantes hechos ocurridos en el correr del año 1912, que motivaron al Gobierno de la época a contratar a principios de 1913 al aviador francés Marcel Paillette, fundador e instructor de la Escuela de Aviación Militar, de “El Palomar”, en Buenos Aires, para que en nuestra nación, a semejanza de la más adelantadas, creara una similar. A principios de 1913, el Gobierno presidido por don José Batlle y Ordóñez da surgimiento a la Escuela de Aviación Militar, comenzando de esta manera las actividades aeronáuticas en el país, en ese primer aeródromo que existió en el Uruguay. Ese mismo día de marzo de 1913, frente al hangar construido para los escasos dos aeroplanos con
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que se contaba, se daría comienzo a la enseñanza. Los diez oficiales comenzaron a recibir instrucción, pero distintas desavenencias y problemáticas dificultaron el normal desarrollo de la instrucción. Son conocidos los episodios y peripecias en los que se vio envuelta la novel Escuela, en esos tres cortos meses que tuvo de vida, entre marzo y junio de 1913, sin haber logrado por variadas razones su objetivo de finalizar el curso de pilotaje. Sin embargo, los Oficiales Teniente 1º Juan Manuel Boiso Lanza y el Alférez Cesáreo Berisso marcaron la época realizando el heroico gesto de volar en los aparatos sobre Montevideo y de esta forma presionar lo suficiente como para impulsar la renovación de la instrucción. Boiso Lanza y Berisso dieron continuidad a la idea de fundar la Aviación Militar, haciendo que ella echara raíces en el Gobierno. Ellos contribuyeron, por tanto, a la creación de la Escuela Militar de Aviación, instituida por la ley de 20 de noviembre de 1916, reiniciando así y ahora para siempre la Aviación Militar. Durante la década del veinte del siglo pasado, la Escuela estuvo bajo la Dirección de su fundador, el Mayor y luego Teniente Coronel Cesáreo Berisso, quien en ese período organizó y modernizó la institución. En esos años hubo hechos sobresalientes que la distinguieron en América, como los grandes sobrevuelos en 1925 y 1926, por buena parte del Cono Sur, además de la conquista en vuelo del Atlántico sur entre España y Brasil, efectuada en 1929, por el Teniente Coronel Tydeo Larre Borges, y el vuelo ida y vuelta a Lima, Perú, en biplano con el Coronel Berisso al mando y el Teniente Coronel Edgardo Genta de pasajero. El crecimiento de la Aeronáutica Militar continuó sin pausa con la creación de nuevas unidades, todo lo que guió el camino hacia la independencia de la Aeronáutica Militar y su transformación en Fuerza Aérea. Por la Ley Nº 12.070, el 4 de diciembre de 1957 se crea la Fuerza Aérea con todos los elementos que componían la Aeronáutica Militar como arma del Ejército Nacional. El nacimiento de la Fuerza Aérea acelera la modernización de su organización, posibilitando el cumplimiento efectivo de la misión y sus cometidos. Se forman escuelas donde se tratarán los grandes temas aeronáuticos -como la Escuela de Comando y Estado Mayor Aéreo- y, en 1965, se instituyen lo que son hoy el Comando Aéreo de Personal, el Comando Aéreo de
Operaciones y el Comando Aéreo Logístico, todos conformando el organigrama de la Fuerza, liderada por su Comando General y su Estado Mayor General, motor y cerebro planificador. El rasgo que exhibe la institución desde su época heroica, que mantiene orgullosamente hasta hoy, con las modificaciones de la organización y los nuevos equipamientos, se acompasa con una preparación de las tripulaciones aéreas y terrestres que podemos calificar de excelentes. Esto queda demostrado fehacientemente cuando se cumplen misiones dentro del continente, antárticas o transatlánticas, con aviones o helicópteros, como ha ocurrido y ocurre en muchas oportunidades. Esos son ejemplos de la actividad de la Fuerza Aérea que se conocen por las noticias que aparecen en los medios de difusión. En su página, la Fuerza Aérea dice que su visión es: “Ser una Fuerza Aérea ejemplo y de referencia a nivel americano, pequeña acorde a las posibilidades de nuestro país, con un alto grado de profesionalismo y capacitación de sus integrantes, con un equipamiento tecnológico moderno y adecuado, con poder de disuasión y ser orgullo de toda su nación”. El poder aeroespacial de toda nación es vital para cumplir con el logro de nuestros objetivos y así contribuir a generar las condiciones para el bienestar social y futuro de nuestra población. Pero la Fuerza Aérea no solo realiza esas tareas sino que también es necesaria para las habituales y menos rimbombantes como la búsqueda y rescate de personas, el combate de incendios, el traslado de pacientes, órganos y tejidos, el apoyo a la presencia antártica, y el control y vigilancia de los aeropuertos, etcétera. Es por ese motivo que en este merecido homenaje saludamos a la Fuerza Aérea Uruguaya, a sus mandos, a su personal -pasado, presente y, seguramente, futuro- y a sus familias por estos cien años de lucha incansable por el interés nacional. Señora Presidenta: me han solicitado una interrupción, por su orden, el señor Diputado Martínez Huelmo y el señor Diputado Yanes. SEÑORA PRESIDENTA (Payssé).- Puede interrumpir el señor Diputado Martínez Huelmo. SEÑOR MARTÍNEZ HUELMO.- Señora Presidenta: valoramos mucho esta sesión. Nuestra bancada definió que fuera el señor Diputado Rombys -Representante
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del Frente Amplio e integrante de la Comisión de Defensa Nacional- quien hiciera uso de la palabra en esta oportunidad, y ha sido una elección estupenda. Pero en la previa le decíamos al señor Diputado que teníamos en nuestro poder algunos elementos de los que también había que dejar constancia. Por lo tanto, le agradezco que me haga esta concesión. Creemos que la fundación de la Fuerza Aérea -tal como se ha expresado aquí- está diseñada, históricamente, en dos tiempos. Uno de ellos tiene que ver con un acto administrativo que corresponde a lo que se hizo el 17 de marzo de 1913, con una sencilla ceremonia que consistió en la lectura de la Orden General 1155 del Estado Mayor del Ejército, emanada del Ministerio de Guerra y Marina. El otro acto es fundamental y también ocurrió en 1913, cargado de heroísmo, de coraje y realizado por una persona, el Alférez Berisso, que fue un visionario de la aviación nacional. Solamente teniendo coraje y siendo un visionario se podía acometer aquella aventura. Para tener una dimensión de lo que estamos diciendo en este homenaje, es bueno recurrir al propio Berisso, cuando siendo General relataba cómo era en aquella época la aviación. En una correspondencia dirigida al insigne historiador argentino Antonio Biedma, manifestó: “En aquella época, como Usted sabe, se volaba sin viento. Mr. Paillette se internaba en la pista, sacaba el pañuelo y si este se agitaba en cierto grado, no se daba instrucción de vuelo. Esta es la razón de que la instrucción se prolongara demasiado para nuestra juvenil inquietud”. Luego relata su famosa travesía -aquel acto de rebeldía-, cuando aquella madrugada del domingo 22 de junio decola subrepticiamente de la Escuela: “Tomando altura enfilé hacia Montevideo. Al llegar a la altura de los Cerrillos (pueblo) recién empezaba a levantarse el sol para mí, que estaba a 200 metros de altura.- Los Cerrillos aparecían ya cubiertos por una niebla baja y espesa que nada dejaba ver y que venía del Sur, arrastrada por un viento muy suave. Aparecía ante mi asombro, no acostumbrado a un espectáculo tan grandioso, un inmenso mar de niebla, sin posibilidad de orientación en mi primer vuelo ‘solo’.- A fin de obtener una referencia, fijé la incidencia de la sombra de los montantes del avión, fijando aproximadamente la dirección de Montevideo antes de lanzarme sobre la niebla. La niebla era espesa y no permitía ver nada, y debajo no se podía volar porque estaba a ras de los
árboles.- Cuando estimé que me acercaba a Montevideo piqué suavemente, viendo que me hallaba sobre Las Piedras. Continuando largo rato el vuelo, volví a picar encontrándome sobre la Escuela de Agronomía. A fin de evitar la ciudad, giré un poco a la izquierda, para en un nuevo pique encontrarme a la vertical del Regimiento de artillería, en la Unión. Girando un poco a la derecha procuré acercarme a la costa. La niebla continuaba densa y nada se veía hacia tierra. Momentos después me hallaba sobre la Cárcel de Punta Carretas. Aquí a la vertical de la costa terminaba la niebla. Virando hacia la izquierda en amplio viraje, internándome más de 200 metros sobre el agua, seguí la costa, alcanzando la playa Malvín, desde donde me interné en procura del campo de maniobras de la Artillería, sin poder descubrir nada, ya que allí la niebla era más espesa aún y estaba más baja dada la vecindad de los bañados de Carrasco. Esto me obligó a buscar la playa de Malvín, la que al pasar sobre ella me pareció excelente para mi descenso, y donde hice un aterrizaje tan perfecto como podría hacerlo hoy. Luego del aterrizaje, cubrí el motor con una sábana que me dio una vecina a fin de evitar que la arena pudiera estropearlo”. Esto decía Berisso, siendo General. Creo que lo que nos relata Berisso en sus años más veteranos clarifica la situación en la que se dio el incipiente nacimiento de nuestra aviación. (Suena el timbre indicador de tiempo) ——Y, quiero decir, señora Presidenta, que el Parlamento se ocupó de esto en 1994, estableciendo en la Ley Nº 16.677 que en lo sucesivo denominaba el Aeropuerto Internacional de Carrasco y así figura en todas las cartas internacionales de ese modo… (Campana de orden) SEÑORA PRESIDENTA (Payssé).- Ha finalizado el tiempo de la interrupción, señor Diputado. Tiene la palabra el señor Diputado Yanes. SEÑOR YANES.- Señora Presidenta: por economía de tiempo, en un minuto quiero expresar mi saludo en esta conmemoración, por tres motivos fundamentales. En primer lugar, por la importancia de la fecha, quiero saludar a la Aviación Militar y a la Aviación Civil, haciéndome eco de todo lo que se dijo en ese sentido. En segundo término, porque soy aerotécnico, egresado de la Escuela Técnica de Aeronáutica; me siento orgulloso de ello y sé de los cambios que ha
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habido en respaldo a los aerotécnicos en la aviación del Uruguay, tanto civiles como militares. Y como los aerotécnicos son parte del personal que la gente no ve en el avión y hacen mucho para que vuele, hoy quiero saludarlos. Y en tercer lugar, porque el abuelo de mis hijas es uno de los tantos militares muertos en un accidente de aviación en la ciudad de Salto, en 1977; me refiero al Comandante Cuadro. Quería expresar esto por haberlo vivido desde la adolescencia la madre de mis hijas, y por convivir con ese romanticismo, sacrificio y calor que se pone para estar cerca de un avión. Esto lo han vivido los precursores de la aviación, y también hoy ocurre lo mismo porque cada vez que un cadete o un técnico se sube a un avión está jugándose la vida para ser la vanguardia de la patria. Expreso mis saludos a la Aviación del Uruguay. Agradezco a los compañeros de mi bancada por permitirme hacer uso de la palabra en esta oportunidad. SEÑORA PRESIDENTA (Payssé).- Tiene la palabra el señor Diputado Posada. SEÑOR POSADA.- Señora Presidenta: en esta conmemoración de los cien años de la creación de la aviación en Uruguay, en nombre del Partido Independiente queremos dar testimonio de ese recordado 23 de junio de 1913; lo que puede calificarse como un acto de indisciplina del Alférez Berisso y del Teniente Boiso Lanza, ante la culminación o renovación del contrato de su instructor, generó este hecho histórico, paradigmático para la aviación de nuestro país.
Por lo tanto, en esta particular conmemoración a la cual se han referido extensamente quienes me han antecedido en el uso de la palabra, queremos testimoniar nuestro afecto, reconocimiento y compromiso. Muchas gracias. (Aplausos en la Sala y en la barra) SEÑORA PRESIDENTA (Payssé).- Se proyectará un video institucional elaborado por la Fuerza Aérea. (Así se procede.- Aplausos en la Sala y en la barra) ——Dese cuenta de una moción presentada por la señora Diputada Susana Pereyra y por los señores Diputados Abdala, Saravia Fratti, Amy, Posada y Delgado. (Se lee:) “Mocionamos para que la versión taquigráfica de las palabras vertidas en esta sesión extraordinaria sea enviada al Ministerio de Defensa Nacional, a la Dinacia, a la Fuerza Aérea Uruguaya, a los aeroclubes de los diecinueve departamentos, a la Academia de Historia Aeronáutica, al Museo Aeronáutico y a las diecinueve Intendencias y Juntas Departamentales”. ——Se va a votar. (Se vota) ——Sesenta y cinco por la afirmativa: AFIRMATIVA. Unanimidad. Se levanta la sesión. (Es la hora 16 y 4)
Sra. DANIELA PAYSSÉ 1era. VICEPRESIDENTA Sr. Tabaré Hackenbruch Legnani Prosecretario Arq. Julio Míguez Director del Cuerpo de Taquígrafos
Dep. Legal N° 322.569/01 Impreso en la División Ediciones de la Cámara de Representantes
Dra Virginia Ortiz Secretaria Relatora